Otra tarde del verano de 2017 la pasamos con buenos amigos en Oviñana. La primera sorpresa es comprobar que hay numerosas rutas para alcanzar playas a este, norte y oeste en apenas media hora de paseo andando o en bici.
Desde el centro de Oviñana, avanzamos hacia el Faro de Cabo Vidio, haciendo algunas paradas para disfrutar del entorno.
Tras llegar al faro, descubrimos un nuevo ricón de Asturias. Debajo del faro, en el cabo hay una preciosa cueva. La llaman la Iglesona de Cabo Vidio. Solamente se puede visitar con marea baja, si no hay temporal y en ciertas fechas:
La visita está bien documentada recientemente en este blog: http://www.rutasmontanaasturias.com/2017/07/ruta-iglesiona-vidio.html
Desde el Faro merece la pena mirar la cosa hacia el este y hacia el oeste con el Google Maps en el móvil en la mano. Desde el cabo Vidío ( que es uno de los más importantes de Asturias), se puede ver en días claros, el coruñés saliente de la Estaca de Bares, el más septentrional de la Península Ibérica, así como deleitarse con una incomparable vista del litoral occidental asturiano, desde el cabo Busto, al Oeste, hasta el cabo Peñas, al Este.
Si esto no fuera poco, lo más impresionante es atreverse a rodear el faro por completo, desafiando un estrecho paso entre la pared del Faro y los acantilados de más de 80 metros de caída en picado. (Foto cortesía de a.polvorinos)
Después visitamos el "Puerto de Oviñana" al que se accede a través de un túnel, y cuya denominación de "Puerto" es algo generoso. Pero cuando menos merece la visita. Esta bonita y poco frecuentada cala está encajada entre las puntas de Gavilán al oeste y punta Garita por el este. Para acceder a la misma y tras cruzar el pueblo, veremos una desviación a la derecha indicada como “Puerto Portiella”. Tomamos esta dirección y a unos dos kilómetros de recorrido por una carretera perfectamente asfaltada que baja entre un bosque, predominantemente de eucaliptos, llegaremos hasta una cetárea frente a la cual podemos observar Portiella. A la izquierda de la misma parte un estrecho túnel de unos 100 metros que debemos atravesar (mejor andando). No recomendamos cruzarlo con el coche (aunque se puede perfectamente) porque al fondo del agujero negro lo único que se divisa es el mar. Impresiona un poco, la sensación es que al salir caeremos al agua. Al salir del tunel encontraremos una cala, refugio de pequeñas lanchas marisqueras con una pequeña rampa de subida para las mismas. Los lugareños nos contaron que todos los años siempres hay coches que por H o por B acaban en el agua...así que mejor dejar el coche a la entrada el tunel, atraversarlo paseando y listo.
Terminamos la visita en la playa de San Pedro. Es esa preciosa playa que siempre ves desde el viaducto de San Pedro de la Rivera, en la autovía, y que te preguntas cómo narices se bajará hasta allí. Pues bien, desde Oviñana es sencillo encontrar el camino. Hay que volver hacia la autovía y tomar la dirección de Soto de Luiña (ojo que los GPS mandan por una pista por la que no pasan los coches, y solamente es recomendable tomar si se va en bici o andando)
La playa es preciosa, con ría, verde, zona recreativa y camping...merece la visita de un día entero.